sábado, 12 de mayo de 2007

Fu Manchu y These arms are snakes: Fin de semana salvaje en Madrid

Fin de semana louder en Madrid. El sábado 28 de abril, Fu Manchu en Copérnico y el domingo These arms are snakes en Siroco. El lunes, zumbido constante en ambos oídos.
Pero empecemos por el principio: Fu Manchu venía a confirmar que son los reyes del riff puramente stoner. Lo de los de California es pura contundencia y brutalidad rocker llevaba a cabo con una prolijidad admirable.
Sonaron todos sus clásicos con un público que, extasiado, vivía su propia alucinación desértica en plena Sala Copérnico.
A esta altura, en general, no me sorprende el contenido musical de un concierto de Fu Manchu, siempre lo hacen muy bien. Aunque lo que si siempre logrará captar mi atención es como suena la base de la banda cuando una de las dos guitarras solea… es increíble como NUNCA se cae el sonido, la palabra “débil” no existe en el diccionario de estos cavernícolas del rock. Claro y conciso. Impresionante.

La siguiente noche nos llevaría al Siroco a ver a uno de los valores destacados de la escena emo-post hardcore de estos últimos años.
These arms are snakes venían a presentar el excelente Easter, con todas las expectativas a su favor. Apenas comenzado el concierto estos chicos de Seattle, dejaban en claro que su actitud en el escenario es consecuente con su prioridad numero uno: darlo todo.

Pues así conceptuaron su show, y eso les trajo tanto buenos como regulares resultados. Empezando por el saldo menos positivo, creo que si Steve Snere (el vocalista, quien posee una rústica pero atrapante voz en estudio, recuerda al sonido vocal de los mejores Fugazi) no se descontrolase tanto en el directo no dejaría gran parte de su talento en manos de un montón de gritos que, a veces, se hace difícil encajar en la contundente base que tocan sus compañeros.

Por el lado bueno de esta actitud de entrega total, se nota que los TAAS son una banda con una sólida idiosincrasia musical. Suenan magníficamente y sus climas trasmiten mucho. Aprovechan a agigantar sus temazos de Easter y hacen que el peso de sus ritmos quede golpeando en tu cabeza aun cuando estas duchado y listo para irte a dormir, unas horas después de que esta tormenta sonora haya tocado su final.