miércoles, 29 de agosto de 2012

Entrevista con Keko Vela de El Agua Manda


Implicarse en la problemática ambiental está siendo uno de los aspectos más positivos que tiene buena parte de la juventud en el siglo presente. Desde Gualeguaychú, Keko Vela -del colectivo El Agua Manda- nos da una clase impagable de ecología, compromiso y aventura mientras deshilacha las conclusiones de una increíble travesía en kayak desde el Mato Grosso hasta Puerto Madero.


¿Cómo y dónde surge la idea de crear El Agua Manda? ¿Con qué propósito?
 
Surge en el año 2005 en Gualeguaychú, al calor de la lucha del “No a las Papeleras”. 
Acompañamos a nuestra ciudad en una transformación que la convertiría en referente de la lucha ambiental. 
Fuimos parte del proceso de creación de la Asamblea Ciudadana, una experiencia nueva.
Así, hablando y compartiendo con amigos del río amenazado, e impulsados por la necesidad de manifestarnos, nació El Agua Manda.
Bajo el lema "Ríos libres para Pueblos Libres" se comenzó a pensar la idea de peregrinar el río, sentirlo latir, vivir su tiempo. 
"No podemos defender lo que no conocemos" nos dijimos y eso dio pie a la primera expedición.
Uniendo la naciente del río Uruguay con Puerto Madero, se realizó un relevamiento sociambiental del río y su gente, a lo largo de mas de 2000km. Al finalizar se le entregó una carta al entonces presidente Kirchner, informando sobre la terrible amenaza que representan las fábricas de celulosa para nuestra cuenca.
La lucha tomó fuerza con la realización de las Marchas Anuales al Puente Internacional, llegando a juntar hasta 100.000 personas manifestándose.
En 2009 la expedición "En Busca del Origen" unió Oran, en Salta, con Gualeguaychú. A través el río Bermejo, atravesando el monte Impenetrable, compartiendo y aprendiendo de las comunidades que allí habitan, en resonancia con la naturaleza, y en contraste con las cientos de hectáreas que se desmontan por día.
Con ese material se recorrieron escuelas y universidades, compartiendo la realidad de los hermanos del río.



-Más allá de la expedición que hicieron el año pasado en kayak, ¿en qué otras formas trabaja El Agua Manda?
 
El principal objetivo es la difusión y concientización ambiental. 
Se trabaja en contacto con otras agrupaciones, haciendo conocer las diversas problemáticas ambientales. 
Se participa activamente en las reuniones de la UAC (Unión de Asambleas Ciudadanas), un lugar de encuentro nacional e independiente para debatir y organizarnos sobre las cuestiones más urgentes.
Las expediciones son parte esencial, ya que de ellas sale la información y las imágenes que luego se difunden tanto en escuelas, universidades, centros culturales y municipios. 
Ahora estamos trabajando con el concepto de cuenca, lo cual nos integra regionalmente, mas allá de las fronteras de países.
No podemos estar ajenos a lo que sucede en el norte, cuando el agua que recibimos y bebemos viene de allí. 
El acuífero Guaraní llega hasta Mato Grosso. Estamos conectados por arriba y por abajo.

-Contános un poco el recorrido que hicieron en kayak.
 
Salimos de la naciente del río Paraguay, en la región de Diamantino, en el estado brasilero de Mato Grosso, a unos 3000km de nuestra ciudad natal. 
El lugar es muy especial, geográficamente es el centro de nuestro continente sudamericano. La cadena de sierras que allí se levanta, hace de frontera de cuencas: al sur las aguas discurren hacia nuestra cuenca del Plata, y al norte hacia la gran Amazonia.
E
l paisaje dominante es un bioma selvático llamado Cerrado, monte más tupido, seco y bajo que la selva amazónica. Presente en su gran mayoría únicamente en territorio brasilero, y hoy en día, muy amenazado por los desmontes, ya que de sus duras maderas, se extrae el mejor carbón vegetal existente.
Entre las rocas ya no quedan vestigios del oro y los diamantes que allí brotaban por doquier. Hasta hace unos 20 años, todavía se encontraban garimpeiros (buscadores de oro) en la vera del río.
Esta actividad dejó sus huellas en el paisaje, encontrándonos con excavaciones y pozos a los costados.
El agua cristalina y poco profunda. Los árboles atravesados, las barrancas enrojecidas y las pequeñas playadas de arena y piedra, nos acompañaron los primeros 20 días. Como un pequeño arroyo al comienzo, con la llegada de sus tributarios, el río se va transformando y tomando caudal. 
La abundancia de peces en la zona es bien conocida, así que los encuentros con pescadores eran habituales.
Cuando la serranía se va alejando, la ciudad de Cáceres nos da la bienvenida y marca la entrada al Gran Pantanal, el humedal mas grande del mundo, al cual el río Paraguay atraviesa serpenteante por mas de 1000km.
Esto representaba el desafío mas grande en cuanto a supervivencia. Único en el mundo, es una gran llanura sabana, que pasa mas de la mitad del año bajo agua, creando un ambiente y una diversidad única en el planeta, siendo más densamente poblada de especies que la mismísima Selva Amazónica.
No
s tomo mas de un mes atravesarlo, teniendo que buscar apoyo constante en sus pobladores, los pantaneiros, ya que nos ha tocado navegar en época de creciente y los únicos espacios secos se ubicaban en sus espacios
Pasado el pantano, y llegando a la triple frontera Brasil-Bolivia-Paraguay, cientos de kilómetros de palmerales, hacen de interludio para la aparición de las primeras pinceladas de la gran región del Chacho, refugio inmemorial de los pueblos ancestrales, que aún hoy los cobija.
El pueblo guaraní nos sorprendió con su alegría y amabilidad. Nos toco atravesar completamente de Norte a Sur la República del Paraguay, llegando hasta comunidades donde pocos se detienen. A pesar de las condiciones precarias y humildes con las que nos encontramos, sus sonrisas siempre presentes, sirvieron de combustible para nuestros brazos. Y nuestro compromiso de llevar su voz y hacerla nuestra, se hacía mas firme.
Asunción nos recibió como una gran capital, con los medios brindándonos la posibilidad de contar nuestra experiencia, e inclusive compartir con ellos realidades de sus hermanos del norte, que tienen poca difusión. 
De allí en mas, ya entraríamos en territorio argentino y en aguas conocidas. Las provincias de Formosa y Chacho sirvieron para el encuentro con familiares y amigos.
Aguas abajo, nuestro ya hermano y guía, el río Paraguay se despedía, dejando su curso marcado a fuego en nuestra piel y nuestro espíritu.
Se vendría el Paraná, el pariente del mar, y 1200Km de un recorrido mas conocido. El encuentro con agrupaciones y amigos de años anteriores, los asados, las charlas. Ya daba la sensación de estar en casa.
El río de La Plata nos despidió con una fuerte sudestada y un oleaje que nos sacudió hasta el ultimo respiro.
Luego de 5 meses y después de haber remado unos 3700km desde aquel riacho allá a lo lejos, nada mejor que terminar el día con el abrazo de la familia y los amigos, que al final son lo mismo ¿no?.


-¿Con qué equipamiento contaron y quien financió la aventura?
Conseguimos sponsoreo privado para lo que es equipamiento y por nuestra cuenta, y la ayuda de algunos amigos, lo que es logística de viaje
Utilizamos kayaks de travesía M&G modelo Pacifico y Pacifico Extreme, muy estables y que ya habían sido utilizados en otras expediciones. Tienen una gran capacidad de carga (unos 100Kg), lo que permite viajar cómodamente con todo el equipamiento sin peligro de perdida o mojado. 
Deport Camping y Kende, nos proveyeron de Ropa técnica, equipo de camping, pesca y supervivencia. PSA sus filtros de agua, necesarios para no correr riesgos. 
Una mención especial a Alejandro Carranza (quien recientemente murió remando durante su travesía Del Fin del Mundo a Malvinas) quien nos prestó un teléfono satelital y un GPS tracker que nos permitió mantenernos conectados con nuestra gente. Un abrazo grande a su familia en este momento difícil.

-¿Cómo fue el encuentro con gente tan distante cultura en el camino? 
¡Intenso! ¡Diverso! Nos gusta ver a la gente del río como una nación, trascendente a las fronteras, que tiene sus propios lazos y regiones. Como un pueblo unido por tradiciones, músicas, historias, leyendas y costumbres. Pero sobre todo un pueblo que vive gracias y por el río. 
En este contexto, nuestro proyecto les parecía una locura, pero también les fascinaba. No podían creer que en esos botecitos íbamos hasta el mar. Muchas de las personas que cruzamos reciben muy pocas visitas, pero este sentimiento acuático compartido, nos ponía como pares e inmediatamente nos abrían las puertas de sus casas y de sus corazones.
Noche tras noche, el lugar para nuestro campamento era un secreto a revelar; y así nos ha tocado compartir con pequeños pescadores y grandes estancieros, con comunidades indígenas o hasta ¡el ejercito de Brasil!. Hemos tenido que compartir el único pedazo de tierra firme con una docena de chanchos, o encontrarnos con un palacio con piscina perteneciente a la religión Moon.
No
s ha tocado hablar en inglés con europeos o simplemente a las señas con don Ivo, que de su boca solo salía un rústico guarani.

-¿Qué fue lo que más te sorprendió de lo que viste durante la travesía? 
La entrega de la gente del río. Su hospitalidad, apoyo y amor para con unos locos extraños. Como abrían sus corazones. 
Socialmente fue una experiencia muy fuerte. Sentimos que todos los días conocíamos un gran amigo.
También me sorprendió la exuberancia de la naturaleza. 
Aunque agredida y diezmada por el hombre, resurge en cada centímetro, se renueva, se transforma, y no da tregua. 


-¿Qué hay del reino animal? ¿Hubo encuentros peligrosos, curiosos, divertidos...? 

El kayak te da la posibilidad de ir muy cerca del agua y haciendo muy poco ruido, así que tuvimos encuentros muy cercanos y de sorpresa. 
Para diversión, ¡los monos! Un aullador caraya bañándose en el río temprano en la mañana, o saltando arriba de nuestras carpas durante la noche, cual trapecista de circo. 
Lobitos de río comiendo flores, o acompañando nuestra navegación. Pueden parecer curiosos y simpáticos, hasta que te encontrás con una madre y sus crías y ¡sólo querés remar más rápido! 
Al tercer día un gran tapir apareció nadando en dirección opuesta, parecía que se nos venía encima, hasta que salió desesperado hacia afuera. Nos dimos cuenta lo asustado que estaba por nuestra presencia.
Saliendo de un campamento, me llevo un poco la correntada hacia una enredadera. Cuando logre encausar el bote estaba casi encima de un camalotal y ¡quede cara a cara con un graaan yacaré tomando sol! Él ni me había visto, así que su sorpresa fue tan grande como la mía.
Un desafortunado encuentro con un enjambre de avispas que cruzaba el río o una serpiente acuática Ñacanina que venía directo a subirse por el remo, podrían contar como peligrosos, pero en realidad quedan pequeños comparados con la gran amenaza: el yaguareté, la pantera, el jaguar, la onza. El tercer felino más grande del mundo y el rey de América, alcanza su mayor tamaño y su máxima concentración demográfica en el Pantanal.
Los ataques a personas no son extraños y así nos lo hacían sentir los lugareños. Lo primero que nos preguntaban cuando llegábamos, era si habíamos visto alguna y sino teníamos miedo. La dualidad se hacía fuerte, la atracción por querer verla en su hábitat, se tensaba con el temor de su instinto salvaje. Primero fue su pisada fresca de la noche anterior, y luego las botas de un pescador destruidas por sus garras, a 50 mts de donde dormíamos. Algunas noches nos toco tirar bombas de estruendo y prender un gran fuego como medidas para ahuyentarla.
Una mañana temprano, remábamos en silencio, cuando de atrás de las grandes enredares que colgaban en la orilla, se escuchó un rugido gutural tan poderoso que no dejó dudas al respecto. Quedamos mudos y blancos por un buen rato. Ese día remamos más que nunca.
Finalmente terminamos viéndola, pero de la peor manera: muerta flotando en el río, probablemente a manos del único predador real que tiene, la pólvora del hombre. 

-¿Tuvieron experiencias chamánicas o religiosas?
El contacto y la conexión con el río, nuestro guía, nuestro page, nuestro chaman.
El lenguaje no verbal de una sabiduría que nos sigue enseñando. Que nos invita a otro ritmo de vida, a otro pulso. A otra forma de entendimiento que poco tiene que ver con las explicaciones lógicas, sino mas bien con la contemplación, el respeto, la intuición y la sensibilidad.
La visión de los pueblos ancestrales, sabios, silenciosos. 
Tuvimos la bendición de recorrer la selva en busca de medicinas con un cacique Umutina y escuchar las historias que los abuelos cuentan desde hace siglos. 

-Tuvieron posibilidad de entender otras realidades ¿qué valorás de la que vos podés disfrutar en tu ciudad, en tu hábitat natural?
Valoro poder vivir al lado del río y poder dejarme llevar por su ritmo. Valoro tener la posibilidad de elegir. El contraste te pone a pensar qué tanto necesitamos de lo que tenemos, sobre todo relacionado a los bienes materiales. Hemos visto personas con muchas necesidades pero con mucha integridad.
Necesitamos vivir de una manera mas integrada con la Madre Tierra. Necesitamos volver a sentirnos parte de ella, para dejar de agredirla.
Nos lo han explicado mil veces, pero necesitamos re aprender, re educarnos de otra manera. 
Vivir la experiencia de conectar nuevamente. Sentirla intensamente, que deje marcas y enseñanzas que no se borran.



-¿Qué conclusiones sacan en cuanto a la cuestión ecológica, que pudieron aprender?
Hay una agresión muy fuerte, es delicado Los desmontes son un factor común desde el Brasil hasta nuestras tierras, lo mismo que los agrotóxicos. Los proyectos de represas e hidrovías, amenazan el Gran Pantanal. Y las grandes fábricas y la minería, contaminan nuestro agua. 
Pero también el factor de la persona. Sino cuidamos nuestras acciones individuales no podemos exigir a las corporaciones y gobiernos. 
Durante la expedición nos transformamos en mensajeros de muchas voces, con diversas problemáticas. Es necesario trabajar juntos. 
Aprendimos que se pueden lograr cambios, pero hay que ser constante. La coalición Ríos Vivos logró parar el proyecto de Hidrovía en Brasil a fuerza de manifestaciones y lucha legal, y los amigos del Foro Ecologista de Paraná, la represa de Paraná Medio, con la ley Antirepresas en la provincia de Entre Ríos, que pone a salvo parte de nuestro rico delta.
Un compromiso real en las cuestiones cotidianas individuales cambiaría mucho. ¡Aportar el granito de arena de una buena vez! Manifestarse. Encontrar nuestra forma de participar. Debatir.  Consumir menos. Reciclar. Plantar comida.
Como siempre lo decimos, tomar el ejemplo de los pueblo originarios y su convivencia con su ambiente.


-¿Cuales son los próximos planes para EAM?
Ahora hay que darle forma al material de la expedición. La idea es hacer un documental y un libro de imágenes, para después poder salir a mostrarlo a donde nos permitan. Generar un poco de debate, disparar algunas ideas. Compartir, escucharnos.

T y F: “Bigger than Big”



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