jueves, 5 de abril de 2007

MMM07: Sentimiento musical globalizado.

Gracias al MMM 07 (Músicas del mundo en Madrid 07) Madrid fue el epicentro al cual apuntaron los sonidos de tres artistas provenientes de culturas ciertamente distantes, pero con la misma pasión por recrear (y transformar) los sonidos autóctonos de sus tierras.
La primera jornada de este festival tuvo como protagonista al guineano Mory Kanté. De formación tradicional, Mory es una enorme figura de su país. Formó parte de la Super rail band junto a otra figura de la música contemporánea de África, Salif Keita.
Gran cantante (el poder de su voz parece interminable) y virtuoso ejecutor de balafón, Mory trajo fiesta y calidez africana al Centro Cultural de la Villa.
Su banda funcionaba con un pulso perfecto, aprovechando el excelente sonido del que se pudo disfrutar en la sala. El cuidado de las percusiones en este esquema musical es realmente fascinante, el ritmo es una realidad de origen en esta gente.
El percusionista Losseni Kone dirige el clima del concierto con maestría, siempre atento a la aprobación de la mirada de Mory ante cada nuevo arreglo ejecutado.
La despedida a toda interacción con el presente nos dejó con una sonrisa en la cara, sabiendo que como bien dicen los Chemical Brothers todo “It began in Africa”.

Mory Kanté

La siguiente jornada estaría liderada por Värttinä de Finlandia. Se trata de un grupo que se basa en las polifonías vocales tradicionales de su país. La instrumentación del mismo está poblada de elementos folklóricos (acordeón, bouzoki, violín) pero el poder sonoro de la banda compite con el de cualquier gran nombre del rock.
Su batería, Toni Porthen, es una bestia obsesionada con los tecnicismos, los cuales practica con increíble destreza.
Pero vamos a lo que más impacta en Värttinä, sus tres vocalistas hacen un trabajo impecable, suenan a la perfección creando armonías raramente escuchadas alguna vez en estas latitudes del mundo. El carácter de sus temas (muchos basados en antiguos cuentos finlandeses) da a las tres artistas un mundo de posibilidades interpretativas a practicar. Desde la alegría al miedo, todo se muestra con profesionalidad extrema y, lo que es mas importante, la esencia digna de lo autentico. Geniales.

Värttinä

La encargada de cerrar el ciclo sería la brasileña afincada en Londres, Cibelle. Estrenando formación, nos dedicó poco más de una hora de sutilezas sonoras igualmente condimentadas por electrónica de bajos rotosos, microbeats y la dulzura característica de la bossa de Tom Jobim o Caetano Veloso.
Dueña de una voz privilegiada dio un show de gran calidad donde los mínimos altibajos que hubo se pueden atribuir a que la nueva formación de Cibelle estaba dando su primer concierto.
Así llegaba a su fin esta edición del MMM, que bien nos viene en Madrid, una ciudad cosmopolita como pocas, pero pocas veces abierta a esa pluralidad cultural que ostenta.

Cibelle