miércoles, 1 de agosto de 2007

Xavier Rudd lanza White moth, su mejor disco.


Siempre tuve una relación extraña con la música de Xavier Rudd. Sus tres primeros discos (To let, Food in the belly y Solace) fueron tan atractivos para mi como aburridos. Siempre me dio la sensación de que Xavi (que bueno llamar así a un australiano, ¿no? ¡Je!.) es un extraordinario músico pero que no controla sus vicios, cosa que confirmé en la única ocasión que tuve de verle en directo, en el marco de un festival surfero en la costa de Portugal, donde ofreció un show conmovedor (su forma de desempeñarse con varios instrumentos a la vez es impresionante) pero un poco lento.
Pero con las primeras escuchas de su nuevo disco, White moth, empieza a cambiar mi concepto de este virtuoso multiinstrumentista. A su destreza indiscutible para pilotar el didgeridoo, la guitarra slide y percusiones varias (a veces lo hace todo a la vez) esta vez suma una buena capacidad compositiva y una producción impecable. Sus nuevas canciones ayudarán a darle dinámica a su directo, sin dudas.
En el amanecer de este álbum “Better people” abre el camino y nos guía hacia el fructífero campo del folk, que Xavi tan bien controla, para luego desviarnos por entreverados caminos secundarios que suenan a Ben Harper (“White moth”) a rock potente y enraizado (la impresionante “Footprint”) a ritos de indígenas australianos (“Message Stick”) y a “sweet reggae music” (“Twist“).
Heterogéneo y contundente, el nuevo disco de este joven surfer le promete un futuro de músico de culto a este personaje más que pintoresco.


Mas info: