domingo, 29 de julio de 2012

Matthew Herbert Big Band en vivo en Berlín. (01-09)

En el canal de las innovaciones musicales, el Reino Unido siempre tuvo la mayoría de los programas. Una de sus estrellas es el admirado genio de la electronica Matthew Herbert. A su vez, en el plano de las evoluciones cívicas, artísticas y sociales, Berlín tiene un desempeño espectacular desde hace ya unos cuantos años.




Viernes en Berlín. Llueve. El frío penetra hasta aquellos rincones del cuerpo que ni recordaba tener. El Hebbel am Ufer (un precioso teatro antiguo que seguramente esquivó bombas de milagro  durante la segunda guerra) es el cobijo ideal ante tan apabullante clima. Su decoración basada en terciopelo y madera es el escenario perfecto para que Herbert y su big band den todo por calentar esta noche polar.
Apenas ver el escenario la sensación de sorpresa llega sola. Por más rarezas musicales que se puedan ver hoy en día, llama mucho la atención estar ante un escenario montado para una big band, donde, pegado a la tarima de director de la orquesta, se encuentra el laboratorio de todo un DJ avant garde: decenas de samples, pedales de efectos, teclados vintage y bandejas varias.
Pero la verdadera locura comienza nomás la música suena. La banda de más de 20 músicos responde a las precisas indicaciones del director de orquesta, mientras Herbert con su arsenal de efectos deforma cada uno de los sonidos que la banda emite. Para que se entienda: una banda de jazz formato años 40s siendo procesada en vivo por un DJ-productor poseedor de una envidiable inspiración demente.


Haciendo gala de un sentido del humor inmejorable, Herbert se mete al público en el bolsillo. Tal es así que basa una composición en un coro grabado en vivo por todos los presentes; también, y en su afán de samplearlo todo, hace que su orquesta rompa papeles de diario para grabar ese sonido y seguir arreglando sus temas en vivo. Está claro que Herbert es una mente musicalmente privilegiada y también lo es  intelectualmente. Resulta muy interesante chequear el manifiesto publicado en su web. Entre curiosidades interesantes respecto a su forma de hacer música (“samplear música de otros artistas está terminantemente prohibido” o “no se permite la réplica de sonidos de instrumentos acústicos mientras la situación física y financiera permita usar los originales”) se impone una frase que responde al deseo de Herbert por intentar llevar este mundo a un lugar mejor; allí propone crear un “país virtual” (“libre de defender sus límites físicos, podemos reducir la violencia que genera la exclusión y crear una nueva descripción de resistencia”). Hay una conexión clara entre Matthew Herbert y Berlín: la idea que se impone es ir más allá de lo establecido, tanto musical como cívicamente. Ambos están en el buen camino. 


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