jueves, 9 de octubre de 2008

Living Colour en Madrid: genios con mala suerte.


Cuesta pensar que algo no estará bien cuando uno se enfrenta a una de sus bandas favoritas en directo. Todo es ilusión y nervios en la previa al concierto. Cuando tus héroes salen a escena se te eriza la piel, pero de inmediato la misma vuelve a su forma natural cuando, luego de varios segundos, no logras identificar que tema (de una de tus bandas favoritas, ¡de esas que te los sabes todos!) es el que está sonando. Lo identificas cuando llega el chorus y vuelve la carne de gallina. Esa serie de sensaciones fue una constante en mí durante el concierto que Living Colour dieron recientemente en Madrid. ¿Por qué se me erizaba la piel? Por muchas cosas:
1-Por William Calhoun (batería). La pasión de este tipo no tiene final, la música por más simple que sea, toma sentido en las manos de este monstruo.
2-Por que Living Colour con una expresión de arte provocador, sentido, virtuoso. Brillante.
3-Por “Cult of personality”, “Type”, “Glamour boys” y sobre todo “Funny vibe”.
4-Por Corey Glover que parece alcanzar límites inhumanos con su interpretación vocal.
5-Por la interminable gama de sonidos que salen de los pedales, pads y consolas de efectos.
6-Por la impecable interacción instrumental entre esos dos genios que son Vernon Reid (guitarra) y Doug Wimbish (bajo). Dos virtuosos que siempre se apoyan, que nunca cruzan sus intenciones sonoras. Idílica relación bajo-guitarra.
¿Y por qué mi piel volvía a su forma natural luego de flipar con las razones antes nombradas?
Pues verán, esto es un concierto de rock, pero no de “cualquier rock”. Esto es rock detallado, fino, tocado con una maestría y sutileza enormes. Para que esto funcione hace falta un audio perfecto y eso fue lo que faltó en una noche donde, de haber tenido este aspecto a nuestro favor, estaríamos hablando de unos de los shows de nuestras vidas.
Larga vida a Living Colour y larga vida a los buenos técnicos de sonido.