jueves, 11 de septiembre de 2008

Robert Trujillo nos habla de Death Magnetic

Metallica se mete de lleno en el intento por recuperar la gloria de los ochenta: contrata al mítico Rick “music doctor” Rubin como productor, afina sus guitarras como en los gloriosos Master of Puppets y … and justice for all y condensa diez temas en 75 minutos.

La promoción del nuevo disco de Metallica (el primero en cinco años) Death Magnetic, que saldrá a la venta en todo el mundo el próximo 12 de septiembre es la razón por la que Robert Trujillo se sienta en un mullido sofá de un más que lujoso hotel madrileño a responder con gran amabilidad cuanta pregunta se le suelte.
Trujillo (Santa Monica, California. 1964), eximio bajista de currículum envidiable (Infectious Grooves, Suicidal Tendencies, Ozzy Osbourne, Jerry Cantrell, etc.) está en la banda más grande del metal desde 2003.
En la medida que los Metallica fueron asimilando su bestial popularidad, la relación entre sus egos se volvió más y más tirante y el ex bajista Jason Newsted alimentó el mito de que siempre fue muy difícil ser el “nuevo” en la banda. De entrada, a quienes piensen que Metallica es una empresa exclusiva de la incombustible dupla James Hetfield/Lars Ulrich, Robert los pone en su lugar “Cuando entré en el grupo el disco que presentábamos (St. Anger, 2003) estaba terminado. No fue fácil salir a girar inmediatamente; mis compañeros no tenían certeza absoluta de que habría química entre nosotros. Hoy me siento completamente afianzado en Metallica. Somos un gran equipo: James, Lars y Kirk me respetan muchísimo”.

Está claro por que sus compañeros de grupo lo respetan: Robert Trujillo es uno de esos músicos que vive al servicio de la música. Le da igual ser el bajista estrella de Infectious Grooves o cumplir la función de apoyo que cumple actualmente. “Tuve mucha suerte en mi carrera de poder tocar todo lo que me gusta. Pude mezclar a Slayer con James Brown en Infectious y ahora me toca encontrar mi lugar entre el bombo de la batería de Lars y la mano derecha de la guitarra de James. Físicamente es un gran desafío para mí ya que toco con los dedos. A menudo cuando ensayamos los temas del nuevo disco me siento como golpeando un saco de boxeo. De todas maneras tengo una visión particular de la música que suelo tocar. Por ejemplo, creo que “Disposable heroes” (un gran clásico thrasher de Metallica) ¡es un tema funky! Para mí James Hetfield es uno de los guitarristas rítmicos mas funkies del planeta, aunque lo que el toque sea metal

Luego de los tormentosos años que a Metallica les tocó vivir tras el abandono de Newsted (que bien se pueden ver reflejados en el documental Some kind of monster) las mareas están calmas, posiblemente gracias al carisma apaciguador de Robert. “Ahora mismo James y Lars se están llevando bien. Debido a que Kirk está mucho tiempo con su familia, soy yo quien adoptó la posición de mediador, cosa que me gusta ya que no me lo están haciendo muy difícil”, comenta con alivio.
Death Magnetic (“un disco clásico, pero con un nuevo sabor. Algo así como el thrash de la nueva generación” según Trujillo) es un álbum trabado, complejo y agresivo pero no es un “suicidio comercial” como fue St. Anger “…hemos grabado una nueva versión de “Unforgiven”, que sirve de bocanada de aire fresco entre los demás temas. “Unforgiven III” es una canción muy importante para James, ha puesto mucha pasión en ella. Ha quedado preciosa, con arreglos realmente bonitos.”
Luego de escuchar en exclusiva este nuevo álbum, se puede decir que el omnipresente Rick Rubin no logró (o no lo dejaron) moldear a su gusto el sonido de la banda pero si que les ayudó a reencontrarse con sus raíces, perdidas por completo en discos como Load o Reload. Dice Trujillo: “Rick ayudó a la banda a abrazar su pasado. A reencontrarse con la forma de escribir arreglos que tenían hace 20 años escuchando la música que los cautivaba en aquella época e intentando pensar como antaño. Fue un proceso creativo alucinante y como fan que soy del viejo material, estoy muy orgulloso de haber participado en el”.
Tras venir de capa caída gracias a polémicas posturas comerciales durante la última década (recordemos la impopular guerra librada contra Napster y el provocador cambio estético-musical en Load y Reload), los de San Francisco recuperan la furia de sus primeros años por propia iniciativa y no para contentar a los fans de la vieja escuela. “Metallica siempre a hecho lo que quiso. Odio decirlo, pero nunca pensaron en la radio ni en las listas a la hora de crear música. Siempre llevaron sus marca bien al frente” sentencia Trujillo.
Condescendientes o no, Metallica firman un nuevo disco que, si bien no tiene la grandeza de un Ride the lightning, en varios momentos sabe a gloria thrasher. Todo un motivo para festejar.


Adrián Mazzeo Bermudez

santodealer@gmail.com