Secret Chiefs 3: world music goes hardcore.
“Este rock mola” juraba una niña bien que, juro yo y perdón por el prejuicio, no se enteraba de lo que estaba viendo, mientras acercaba su cara bonita a la de un machote con cara de “paso de lo que pasa en el escenario, intentaré llevarme a la niña a casa”. Claro, qué se creían. Esto es un concierto de Secret Chiefs 3, no de Amaral.
Aquí la world music se volvió hard core. Bueno, la world music, la surf music y la film music también. La locura y el talento rompieron la barrera de lo real y previsible. En una pieza de Secret Chiefs 3 se puede pasar de “estar” en una mezquita en medio del desierto iraní al más profundo infierno “blackmetalero” noruego. Y eso no es nada. Lo realmente impresionante es como, asumiendo el legado de Frank Zappa y John Zorn, naturalizan un sonido que incluye a un batería de golpe punk y sensibilidad sufí, a rarísimas guitarras (de 3 o 9 cuerdas) que se hermanan con violines y extraños instrumentos hindúes y, solo cuando el momento lo requiere, toques de electronica colocados con inmensa maestría.